Debes entrenar tu cerebro para partir de los hechos

Tu cerebro no ve hechos. Ve una interpretación distorsionada por sus vivencias, mecanismos de defensa, etc. Debemos aceptar este hecho. Cuantos más filtros emocionales tengamos, más arbitrarios somos en la interpretación.

Gabriela Vergara

8/3/20253 min read

Por esta razón, hay personas con las que simplemente no se puede hablar.

No importa cuánto les expliques, cuántos datos les des, cuán claros sean los hechos…
van a tergiversar.

Y lo peor: van a juzgarte con base en esa distorsión. O van a juzgar a quien sea, sin puerta abierta para revisión. Y ahí se vuelve una discusión interminable, que te desgasta y el otro se queda tan pancho en su versión de la realidad.

Y si te duele la angustia de vivir o estar cerca de un tergiversador nato, este articulo te va a dar muchas pistas de por qué pasa eso.

"Perdón, no te respondí ayer porque me quedé dormida."
"Mentira, simplemente no querías hablar conmigo."

"No voy a poder ir al almuerzo porque tengo una reunión importante."
"Siempre priorizás a los demás. Se nota que no te importo."

"No estoy enojada, solo estoy cansada."
"Sí estás enojada, solo que no lo querés admitir."

"Te dije que llegaba a las 6, y llegué a las 6."
"Sí, pero yo sentí que llegaste tarde igual."

"Nunca te dije eso."
"Bueno, capaz no lo dijiste con esas palabras, pero yo lo entendí así."

"No pude responder porque estaba manejando."
"¿Y no podías mandar aunque sea un emoji? Todo es una excusa."

"No estoy haciendo esto para molestarte."
"Entonces por qué justo lo hacés cuando sabés que me molesta. Es obvio."

"No tengo la obligación de contarte cada cosa que hago."
"Entonces claramente me estás ocultando algo."

"Solo dije que me gustaría ir sola esta vez."
"Ah, entonces querés estar lejos de mí. Seguro ya no te intereso."

"Te dije que no era un buen momento para hablar."
"Siempre que quiero hablar con vos me cortás. Nunca es un buen momento para vos."

No le importan los hechos.
No le interesa integrar información nueva.
Ya decidió. Ya siente. Ya te juzgó.
Y vos hablás con la pared.

Por eso mucha gente encuentra agradable hablar con inteligencia artificial.

Porque cuando le das un dato nuevo,
no se pone a la defensiva,
no te discute,
no se justifica.

Integra. Ajusta. Reorganiza. Y sigue.

¿Sabés cuán raro es eso en los humanos?

Muy.
Porque la mayoría no piensa, reacciona.
Y lo hace desde emociones viejas, creencias nunca examinadas y un miedo crónico a estar equivocado.

Vivimos en una sociedad dopaminodependiente,
que prefiere el juicio rápido, la indignación inmediata y la interpretación automática,
antes que tolerar el vacío de decir “no sé”.

O el aburrimiento de los hechos no dramatizados, no teñidos de de amplificación para obtener “Me gusta” en redes sociales” o de miedo colectivo para manipular a las multitudes.

Pensar requiere pausa.
Y pausar… duele.
Porque obliga a dejar de sentir razón instantánea.
Y eso, en este mundo, es insoportable para muchos.

El problema de fondo

La mayoría de las personas no parte de hechos.
Parte de interpretaciones teñidas por:

  • Sus traumas

  • Sus deseos

  • Su necesidad de tener razón

  • Su falta de entrenamiento para tolerar incertidumbre

Y por eso sufren.
No por lo que pasa.
Sino por lo que creen que está pasando.

¿Querés dejar de ser rehén de tus emociones?

¿Querés tener claridad, poder personal y menos drama?

Entrená tu mente para pensar desde los hechos.
Es una disciplina. Y se aprende.

PASO 1: Distinguí HECHO de INTERPRETACIÓN

Hecho: No respondió mi mensaje.

Interpretación: Me está ignorando porque no le importo.

Hecho: Dijo que saldría con alguien más.

Interpretación: Quiere darme celos.

Detectá cuándo estás completando con tu historia.

PASO 2: Tolerá el vacío del “no lo sé”

Si no sabés por qué alguien actuó como actuó,
no inventes. No completes. No decidas.

El juicio rápido es ansiedad disfrazada de lucidez.

Aprendé a decir:

“Todavía no tengo suficientes datos. No voy a sacar conclusiones.”

PASO 3: Separá EMOCIÓN de EVIDENCIA

Que sientas que algo es injusto
no significa que lo sea.
Que sientas miedo
no significa que haya peligro.
Que sientas inseguridad
no significa que te estén traicionando.

Tu emoción es real. Pero no es prueba.

PASO 4: Aceptá que tu juicio es PROVISIONAL

Podés tener una hipótesis.
Pero tenés que estar dispuesto a desarmarla si aparece nueva información.

Eso es humildad cognitiva.
Y es raro.
Porque la mayoría prefiere defender su narrativa hasta el ridículo antes que revisar.

PASO 5: Reentrená la mente cada día

Hacete estas preguntas:

¿Esto que estoy pensando es un hecho o una suposición?

¿Qué dato me falta?

¿Qué emoción me está empujando a concluir sin base?

¿Estoy abierto a tener otra lectura si aparece más información?

Pensar bien no es elitista.

Es una forma de respeto.
Respeto por la realidad.
Por los otros.
Y por vos.

Si querés vivir mejor, tener menos conflicto, elegir con más precisión, y dejar de repetir los mismos errores una y otra vez...
empezá a pensar como una mente entrenada.
No como alguien que solo confirma lo que ya quiere creer.